martes, 24 de diciembre de 2013

Del amor y el desengaño. Patchwork

No puedo, todavía, escribir el capítulo IV y V pero una buena amiga me dijo este fin de semana que siguiera con el relato y cuando estuviera "preparada" escribiera hacia atrás, así que con un café, música y un mientras me fumo un cigarro me dispongo a seguir con el relato adelantándome unos cuantos años en la linea de tiempo.

Marta dejó atrás cuatro años de relación con Carlos, él había empezado la universidad y ella a trabajar mientras estudiaba empresariales. Era enero pero, en marzo, el día su cumpleaños, de él, se volvieron a ver, aquella noche ocurriría algo que deberá ser contado en el cuarto capítulo, ese mismo verano Marta empezaría a salir con el mejor amigo de Carlos, que se convertiría en su marido unos años después y luego en su ex marido.

El capitulo V, y diez años con una persona tóxica, es de aquellas historias que te dejan marca, sobre todo los dos últimos años, pero la vida sigue y las heridas cicatrizan, siempre, y quedan, es la manera que tiene la vida de darnos lecciones. Tan sólo unas lineas que fueron escritas y nunca publicadas, ni siquiera están fechadas, pero que siguen siendo muy actuales:


Hace un rato estaba tomando una copa de vino de una botella que quedó abierta ayer y estaba pensando en mis hijos, en lo mucho que los amo, en lo importantes que son en mi vida y en lo que me aportan. Es obvio, ¿no?... Bueno, pues parece que no. Hay gente para la que sus hijos son un trozo de papel para lanzarte a la cara a la mínima o cuando quieren conseguir algo, cuan cobarde es aquel que te amenaza con tus hijos, cuan mezquino utilizarlos para conseguir sumisión y obediencia, y no debería extrañarme pues el mentiroso miente, el mezquino amenaza, y el vengativo se levanta cada día pensando qué puede hacer hoy para que sufras, y por eso no me extraña ni sorprende. Parece mentira que una sola persona pueda reunir esas tres cualidades y parecer una persona "normal". 
Pero... lo mejor de todo es que me siento maravillosamente bien, porque no me importa ni para molestarme en que me importe, porque tengo tres hijos maravillosos a los que adoro y porque por su culpa: soy feliz!! 
Creo en el porvenir, y en el presente, que es un regalo, por eso lo llaman así. Y el pasado, pues eso ...pasó. 

Y como la vida pasa, el capítulo sexto debería empezar a mediados de 2011...

El verano de 2011 Marta había conocido a Mario, hablaban casi a diario, reían, y "tonteaban". ¿Cuándo te das cuenta del verdadero  significado de lo que estás leyendo? ¿La verdad? Supongo que desde el principio pero, lanzarte a la  piscina  sin saber si hay agua es un poco suicida y Marta no tenía la más mínima intención de suicidarse así que... preguntó (cómo si no supiera ya la respuesta).

Mario vivía a cientos de kilómetros de Marta lo cual no impidió que se vieran pero: Los finales felices son historias inacabadas (Brad Pitt en Sr. y Sra. Smith) o, como le dijo no hace mucho Mario a Marta: a veces conoces a la persona adecuada en el momento inadecuado. Marta y Mario son buenos amigos, se mantienen en contacto pero algo pasó.... El día del cumpleaños de Mario, en la primavera de 2012, Marta le felicitó y se prometió a si misma no volver a contactarle salvo que partiera de él la iniciativa, tenía una corazonada y quiso comprobarlo. Nunca apuestes con los sentimientos como único activo para cubrir la apuesta. El caso es que Marta y Mario no volvieron a hablar hasta agosto, él no volvió a ponerse en contacto con ella y Marta cumplió lo que se había prometido pero, y por casualidad (la historia quedó escrita aquí) ese agosto Marta se puso en contacto con él y aunque ninguno de los dos se pidió explicaciones, ambos, supongo, tenían la necesidad de hacerlo, habló la sinceridad, también el corazón, apareció la disculpa y se impuso la razón, supongo ese es el desenlace lógico de las historias cuando tienes delante a alguien a quien has querido, y quieres, aún, como amigo que será siempre, y no ha habido intención de herir.

Ese verano no pasó "en blanco" para Marta pero esa es otra historia que deberá ser contada en otro momento aunque quedó reflejada aquí y en una entrada dedicada a la mentira.

Son sólo retales de una larga historia que empezó hace casi 25 años, un trabajo de patchwork que acabaré así, a cachitos... Supongo que era más fácil hablar de Marta cuando había más distancia, cuando las personas implicadas no podían reconocerse en el relato porque, seguramente, no lo lean (o ni se acuerden), supongo que algún día lo pondré todo seguido y tendrá más sentido, de momento sólo son unas cuantas letras dispersas que me ayudan a recordar.

Por cierto, esto es lo que escucho:



Feliz Navidad!!

Lisy.